LA CANCIÓN DE NUESTRA QUERIDA Y YA DESAPARECIDA CANTA-AUTORA LATINOAMERICANA(PERUANA), RECONOCIDA A NIVEL MUNDIAL: CHABUCA GRANDA.
“El Gallo Camarón”, que describe la emoción innata del gallo y la de su criador. Definitivamente, un saludo y tributo al gallo de combate. Sabemos y somos concientes que Chabuca Granda era una gran amante de la vida y del respeto por los animales.
Pero era conciente de nuestras vivencias, tradiciones y estándares de vida, por ello es que con un don propio de ella, escribió esta canción, que es como un himno al gallo de pelea. Dice así: “Llegó, llegó la tarde de responderle al amo.
Tiene ansiedad de tragedia por mi muerte o por mi vida. Se le salta el corazón de despedida. De trofeo de emoción, por mi muerte o por mi vida… Quítame, gallero traba, para reñir fui criado, tengo la caña cuadrada y el pecho muy levantado; ten fe en mi casta gallero, que soy de buena camada, déjame ya de acariciarme y quítame gallero traba…
Nací, crecí esperando, el reto, muerte o victoria… Y a la mirada del amo, y el galpón me están gritando. Se me angustia la ansiedad, con el coraje, y aquel adiós protector del gallero y el plumaje…
Quítame gallero trabas, para reñir fui criado, tengo la caña cuadrada y el pecho muy levantado. Ten fe en mi casta gallero, que soy de buena camada. Déjame de acariciarme, y quítame gallero trabas…
Que soy un gallito fino, kikiriki, de buena camada; tengo orgullo de mi casta y de aquel que me criara… Que soy un gallazo fiero, de aquellos de vez en cuando. Que quiere vivir venciendo o si ha de morir, matando”.
HISTORIA DEL GALLO CAMARÓN, EL MÁS GALLO
Teniendo un cerebro tan estrecho, fíjese que Camarón escuchaba las instrucciones. ‘Tira Camarón, tira Camarón’, le decía y él se acomodaba y tiraba las patas”.
Hugo Mozó no olvida a su mejor gallo. Con un récord de 23 peleas y todas ganadas, dejaba la impresión de tener su propia técnica. “Él metía la cabeza al suelo, casi la enterraba. ¿Cuándo le iban a pillar la cabeza así? Nunca.
Hay gallos que tienen cierta habilidad de pelea que viene con ellos y la aplican hasta la muerte”, asegura. Fue uno de los primeros gallos que tuvo. No es poco para un tipo que lleva más de 50 años en el rubro. Y que tiene puros recuerdos gratos.
La pelea más recordada fue contra el gallo del Presidente de Perú. Sí, contra “Zambullo”, del general Manuel Odría. Fue en Lima, en la década de los ’60. “También metía la cabeza abajo y se zambullía, como Camarón, pero él tenía cinco peleas y cinco muertes.
En ese tiempo Camarón tenía 13 peleas ganadas, pero en arte, sin muertes, era más bien martirizador”, cuenta. Ambos entraban en la categoría de 5 libras y dos onzas. Mozó depositó la apuesta que se había acordado -dos mil soles- pero el ex Presidente quería sacarle más a los chilenos.
“Mi gallo juega 50 mil soles”, espetó el general. “No, no, Presidente, yo no soy un hombre que tenga plata”, le respondió Mozó. Sus amigos peruanos, Braña y Larco Herrera, bien aristócratas ellos, se encargaron de engordar la apuesta hasta 30 mil soles. Una fortuna.
Las tarjetas marcaban 10 contra 100 a favor del gallo peruano. La pelea estaba en marcha. “No juegues más, que Camarón está clavado de una pata y no ejecuta, se defiende y no ataca”, le advirtió el ‘Toro’ Contreras, el preparador del chileno. Pero Mozó ya había jugado contra medio coliseo limeño.
Demasiado tarde. De pronto, Camarón echa pie atrás, salió ‘a la capa’, y de media vuelta tomó a Zambullo de atrás, le mordió el moño y le zampó las patas en los ojos. El gallo peruano quedó ciego, pero no arrugó y se tiró a ‘mosquear’ buscando a su contendor.
Pero Camarón lo pescó, le puso las patas encima y lo mató con un tiro en el nervio cervical. Fue la única vez que mató Camarón. “No quiero plata, quiero mi gallo, mierda”, gritó Mozó entusiasmado. Pero la gente echó la plata al ruedo.
“Será mucha la emoción, pero pucha que hay plata”, le dijo el administrador y se la recogió. -¡¿Cuánto vale su animal?, le gritó iracundo el Presidente Odría a Mozó. -No tiene precio, respondió el dueño. Hasta el embajador Francisco Urrejola intentó interceder, pero Mozó mandó a Camarón a Arica esa misma tarde para evitar la tentación del negocio.
Chabuca Granda, amiga de Mozó y que presenció la hazaña ante Zambullo, le hizo un valsecito después de verlo pelear: El Gallo Camarón. Y esa fue la mejor historia de Camarón. El gallo murió a los 14 años y “está enterrado ahí, bajo la ventana de mi pieza”, dice Mozó. Tomado de «ARRIBA PERU»