HAVAMAL DISCURSO DEL ALTISIMO
- El hombre que se halla ante umbral ajeno debe ser cauto antes de cruzarlo, mirar atentamente su camino: ¿quién sabe de antemano qué enemigos pueden estar sentados aguardándole en el salón?
- ¡Salud al anfitrión! Un huésped ha entrado. ¿Dónde ha de sentarse? Imprudente es el que ante portales desconocidos confía en su buena suerte.
- Fuego es necesitado por quien acaba de entrar cuyas rodillas están entumecidas por el frío viandas y ropa limpia aquel precisa que ha recorrido montañas.
- Agua, también, para que pueda lavarse antes de comer toalla y calurosa bienvenida, palabras corteses, silencio respetuoso para que pueda contar sus aventuras.
- Ingenio necesita quien lejos viaja, fácil resulta en casa. El hombre de poco seso es con frecuencia objeto de risas si se sienta en la mesa junto a los sabios.
- De su saber un hombre nunca debe jactarse, mejor ser parco en el discurso cuando a su casa un sabio viene: nunca se tiene amiga más fiel que la mucha cordura.
- El huésped debe ser precavido cuando llegue al banquete, que calle y escuche, sus oídos atentos, sus ojos alerta: así se protege el hombre sabio.
- Dichoso el hombre que en su vida es favorecido con el elogio y la estima de todos; mal consejo a menudo es dado por aquellos de perverso corazón.
- Dichoso el hombre que en tanto vive de alabanza y saber goza; perverso consejo se obtuvo a menudo salido de mal corazón de mortal.
- No hay carga mejor para hacer el camino que la mucha cordura; es la mejor riqueza, parece, en tierra extraña, de la miseria protege.
- No hay carga mejor para hacer el camino que la mucha cordura; es la peor vitualla para los caminos la excesiva ansia de licor.
- La tan buena cerveza no es para nadie lo buena que dicen que es, pues más y más a medida que bebe el hombre el juicio pierde.
- Garza llaman del olvido la que se cierne en los banquetes, el juicio a los hombres roba; en la hacienda de Gunnlöd preso quedé en las plumas de ese ave.
- Embriagado quedé, borracho estuve allá donde Fjalar el sabio; bien se bebió si después de la fiesta el juicio a los hombres torna.
- Silencioso y reflexivo es el hijo de rey y audaz en la guerra sea; contento y gozoso esté todo hombre hasta el día en que muera.
- Espera el cretino vivir por siempre si evita entrar en pendencias, mas poca tregua le da la vejez si las lanzas sí se la dieran.
- Abre el tonto grandes ojos al llegar de visita, farfulla o no dice palabra; al momento luego, si se echa un trago, ya tiene buen juicio.
- Tan sólo sabe el que lejos viajó y por muchos lugares anduvo con qué juicio rige cada uno aguda la mente él tiene.
- No te pegues al cuerno, con tiento bebe el aguamiel, habla si es preciso, o calla; de torpeza nadie te acusará si vas pronto a dormir.
- El glotón que el juicio no sabe usar come y arruina su vida; de mofa sirve entre gente prudente la panza del hombre insensato.
- Bien saben las reses cuándo han de ir a casa, y dejan los pastos; pero noción ninguna el necio tiene de cuánto en su panza cabe.
- El hombre ruin y de mala entraña se ríe de cualquier cosa; mas no sabe, y lo habría de saber, que faltas también él tiene.
- Un hombre inculto en vela las noches pasa pensando en cualquier cosa; así, está agotado al llegar la mañana, su miseria sigue igual.
- Un hombre ignorante cree que son amigos los que ríen con él; lo que no sabe es que hablan mal de él si se sienta entre sabios.
- Un hombre ignorante que son amigos los que ríen con él; he aquí lo que ve cuando pleito tiene: que pocos hablan por él.